Proposito
1. Adorar al Dios trino (Isaías 6; Salmo 150; Hebreos 10:25)
2. Predicar y enseñar la Palabra de Dios de tal manera que las personas confíen en Cristo como Salvador y Señor y luego continúen sirviéndole dentro de la comunión de Su iglesia (Efesios 2: 8 10; II Timoteo 3:16 4: 5).
3. Administrar las ordenanzas del Nuevo Testamento.
a. Bautismo de creyentes por inmersión (Hechos 8:36-38; Romanos 6: 1-4)
b. La Cena del Señor (I Corintios 11:23-26)
4. Equipar al pueblo de Dios para:
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- La vida de crecimiento obediente hacia la madurez espiritual (Gálatas 5:22‑23)
- La obra ministerial de la iglesia (Romanos 12; I Corintios. 12; Efesios 4)
- La penetración evangélica de la sociedad secular (Mateo 5:12‑14)
- El alcance del evangelio al mundo entero (Mateo 28:19‑20)
5. Ayudar a las personas necesitadas, tanto dentro de la iglesia como en el mundo, mediante actos de compasión y hospitalidad. (Mateo 25:31‑40; Hebreos 13:1‑3; I Pedro 4:8‑11)
DECLARACIÓN DOCTRINAL
- La Palabra de Dios. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, totalmente inspirada y sin error en los manuscritos originales, escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo, y que tiene la autoridad suprema en todos los asuntos de fe y conducta.
- La Trinidad. Creemos que hay un Dios vivo y verdadero, que existe eternamente en tres personas, que son iguales en toda perfección divina y que ejecutan oficios distintos pero armoniosos en la obra de la creación, la providencia y la redención.
- Dios Padre. Creemos en Dios Padre, un espíritu personal e infinito, perfecto en santidad, sabiduría, poder y amor. Creemos que Él se preocupa misericordiosamente por los asuntos de cada persona, que escucha y contesta las oraciones, y que salva del pecado y de la muerte a todos los que vienen a Él por medio de Jesucristo.
- Jesucristo. Creemos en Jesucristo, el único Hijo de Dios, concebido por el Espíritu Santo. Creemos en su nacimiento virginal, vida sin pecado, milagros y enseñanzas. Creemos en su muerte expiatoria sustitutiva, resurrección corporal, ascensión al cielo, intercesión perpetua por su pueblo y regreso personal visible a la tierra.
- El Espíritu Santo. Creemos en el Espíritu Santo que vino del Padre y del Hijo para convencer al mundo de pecado, justicia y juicio, y para regenerar, santificar y empoderar a todos los que creen en Jesucristo. Creemos que el Espíritu Santo habita en cada creyente en Cristo, y que es un ayudante, maestro y guía permanente.
- Regeneración. Creemos que todas las personas son pecadores por naturaleza y por elección y, por lo tanto, están bajo condenación. Creemos que aquellos que se arrepienten de sus pecados y confían en Jesucristo como Salvador son regenerados por el Espíritu Santo.
- La Iglesia. Creemos en la iglesia universal, un cuerpo espiritual vivo del cual Cristo es la cabeza y todas las personas regeneradas son miembros. Creemos en la iglesia local, que consiste en una compañía de creyentes en Jesucristo, bautizados en una confesión de fe creíble y asociados para la adoración, el trabajo y el compañerismo. Creemos que Dios ha encomendado a los miembros de la iglesia local la tarea principal de dar el evangelio de Jesucristo a un mundo perdido.
- Conducta cristiana. Creemos que los cristianos deben vivir para la gloria de Dios y el bienestar de los demás; que su conducta sea irreprensible ante el mundo; que sean administradores fieles de sus posesiones; y que deben procurar realizar por sí mismos y por los demás la plena madurez en Cristo.
- Las ordenanzas. Creemos que el Señor Jesucristo ha encomendado dos ordenanzas a la iglesia local: el bautismo y la Cena del Señor. Creemos que el bautismo cristiano es la inmersión de un creyente en agua en el nombre del Dios trino. Creemos que la Cena del Señor fue instituida por Cristo para conmemorar su muerte. Creemos que estas dos ordenanzas deben observarse y administrarse hasta el regreso del Señor Jesucristo.
- Libertad religiosa. Creemos que todo ser humano tiene relaciones directas con Dios y es responsable ante Dios solo en todos los asuntos de fe; que cada iglesia es independiente y debe estar libre de interferencias de cualquier autoridad eclesiástica o política; que por tanto la Iglesia y el Estado deben mantenerse separados por tener funciones diferentes, cumpliendo cada uno con sus deberes libres de dictado o patrocinio del otro.
- Cooperación de la Iglesia. Creemos que las iglesias locales pueden promover mejor la causa de Jesucristo cooperando entre sí en una organización denominacional. Tal organización, ya sea una conferencia regional o de distrito, existe y funciona por voluntad de las iglesias. La cooperación en una conferencia es voluntaria y puede terminarse en cualquier momento. Asimismo, las iglesias pueden cooperar en compañerismo interdenominacionales de forma voluntaria.
- Las últimas cosas. Creemos en el regreso personal y visible del Señor Jesucristo a la tierra y el establecimiento de Su reino. Creemos en la resurrección del cuerpo, el juicio final, la felicidad eterna de los justos y el sufrimiento sin fin de los malvados.